Las Bolsas Europeas no han tenido un respiro positivo esta semana. El día a día se ha convertido en una espiral de noticias negativas que ha llevado a una despedida con fuertes recortes.
En primer lugar, el horizonte económico dibujado por el Banco de España por la crisis del coronavirus, que estima un desplome de entre un 7% y un 11%.
- En segundo lugar, el precio del petróleo ha alcanzado récord bajista debido a un desplome récord en la demanda. El resultado final de este caos fue que los inversores recibían dinero por comprar petróleo al más corto plazo. El impacto del colapso del petróleo va mucho más allá del propio sector. Redobla las presiones deflacionistas, condiciona el potencial de crecimiento, contribuye a elevar la inestabilidad política y reduce el grifo de los petrodólares que circulan por los mercados. Además, una eventual oleada de impagos entre las petroleras afectaría de lleno al sector bancario.
- Además el pesimismo se ha impuesto entre los inversores después de que el jueves, los líderes de los 27 países del bloque europeo aprobaran un plan de rescate, sin embargo, la reunión terminó sin grandes avances sobre la creación de un fondo de recuperación que relance la economía del bloque una vez superada la pandemia de Covid-19.
- Para sumar, el primer ensayo de uno de los fármacos más prometedores para tratar el coronavirus, desarrollado por la estadounidense Gilead, no ha ofrecido los resultados esperados, aunque la farmacéutica dijo que no se podían extraer conclusiones porque el ensayo se terminó antes de tiempo.
- Por último, a las dudas sobre la lucha como el coronavirus se sumaron el jueves las sombrías perspectivas sobre su impacto en la economía mundial. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, advirtió ayer de que el PIB de la eurozona podría caer un 15%. Hoy ha continuado la publicación de malos datos macro, con el índice IFO de confianza empresarial en Alemania, que se ha desplomado hasta el 74,3 desde el 86,1 anterior.
Una de las pocas noticias positivas son las tecnológicas americanas que dan la cara y siguen dando buenos resultados. La próxima semana todo dependerá de estas empresas americanas y de las conclusiones que salgan de las reuniones de la Reserva Federal, Banco Central Japonés y del BCE, a poco que lancen un mensaje creíble y positivo al mercado, los mercados lo aprovecharán para subir.
El problema lo darán las publicaciones del PIB en Europa que ayudarán a estimar el futuro pero impactarán de manera negativa al corto plazo en las plazas europeas.
La clave será que los factores positivos se antepongan a los negativos dando impulso a las bolsas y así consolidar confianza.